Misa, Capitulo 1.2

. . . Io vio una nube de polvo en el patio un suceso peculiar, tal vez una ventisca, no le presto atención, en su aburrimiento paso con su vista por la clase, vio algunos de sus amigos hipnotizados por Christin, también vio a su hermana Hina Tanamaru, parecía temerosa, estuvo a punto de preguntarse por que hasta que vio a su amiga Rin Okase, parecía un demonio en furia, hasta Io le dio algo de miedo, Rin era una chica algo inestable con su genio, unas veces tenia una sonrisa angelical, y otros días pareciera que el mismo Lucifer hubiera tomado su cuerpo, era una lastima que los segundos días superaran a los primeros, y posiblemente estaba así por que su novio centraba su atención en la chica nueva, es mas le dedicaba piropos e invitaciones a salir.

Su única amiga Hina, posiblemente era de las pocas que hacia que ella volviera a sus cabales, era bastante lista, la mejor de la clase, sin embargo era algo insegura en cuanto a sus relaciones personales, tal vez por eso estaba con Rin, ya que solo se tenían para hablar entre ellas de vez en cuando, sin embargo parecía mas una relación en la cual una era obligada a estar con la otra debido a la necesidad de interacción social, es mas parece que no se entendieran, Hina hablaba de estudio y libros, mientras Rin se quejaba de su novio y hablaba de como su familia arreglaría la estupidez de todos algún día, no cabe decir que la familia de Rin era rica.

- Gracias Christin, puedes sentarte.- Dijo la maestra con delicadeza.

-Si.-Respondió Christin pero se quedo en frente del salón.

Io recordó en ese momento que eran dos estudiantes, se preguntaba donde estaba la otra.

- Ahora la siguiente por favor preséntese!- Dijo la maestra en vos alta.

Los estudiantes empezaron a mirar de una lado a otro y empezaron las voces bajas, en todo el salón, mientras el rostro de la maestra empezaba a cambiar frunciendo el ceño.

  En ese momento una silueta corría por los pasillos de la escuela.

- AH, AH, YA CASI, YA CASI.- Su voz casi gritando se oía por cada salón que pasaba, a toda velocidad buscaba un numero de salón, al ver que estaba equivocado iba corriendo a otro lugar, casi pareciera que su vida dependiera de ello, la silueta exaltaba grandes bocanadas de aire, sin embargo no se detenía. -AH- se detuvo en seco cuando miro el numero del salón 615.

-Ya, . . . casi no lo logro, ah, ah, ah, cálmate, cálmate, toma aire.- Cuando por fin paro pudo distinguirse que era una chica, no era nada especial  y su cara hacia una mueca de cansancio en ese momento, de repente tomo una honda respiración,- Lista ojala sean todos muy amables.- se dijo a si misma y se dispuso a entrar, abrió la puerta de par en par y esta sonó muy fuerte tanto que todos centraron su atención en ella.

Sin embargo la chica en su afán por entrar tropezó con la barra deslizadora de la puerta, en seguida se vio a ella misma cayendo lentamente, se detuvo el tiempo mientras que todos la miraban, la chica solo se resigno y pensó << Que buena entrada>>, finalmente cayo estrepitosamente de frente contra el suelo, el salón enmudeció, hasta que alguien dijo,- Eso debió doler-, enseguida el salón estallo en carcajadas,mientras la maestra rompía su lapicero con la mano . . . continuara.