miércoles, 14 de agosto de 2013

Misa, Capitulo 1.6


Lo que saco era un dije, era negro que destellaba con la luz del sol en sus bordes, no tenia ningún rayón que sugiriera que fuera antiguo o muy usado.

- Este Dije me lo dio alguien que fue como mi madre, me dijo que siempre que lo tuviera puesto estaría a mi lado- mientras escuchaba la historia Misa empezaba a ponerse sentimental, - entonces creo, no, se que siempre que lo tengas puesto yo también estaré a tu lado, por favor acéptalo Misa-.
Misa casi no podía contener las lagrimas, por que darle algo tan importante a alguna desconocida, acaso era como ella, también había estado mucho tiempo sola, no podía permitirse rechazarlo después de esas palabras tan significativas, solo pudo responder con una voz entre cortada.
-¿En . . . En serio quieres dármelo?, es algo demasiado importante-.
Cuando Misa miro para conseguir una respuesta Christin ya había levantado sus brazos por encima de su cabeza,  puso el Dije gentilmente sobre su cuello, lo acaricio una ultima vez y le de dedico una sonrisa de aprobación, - Te queda muy bonito Misa, por favor cuídalo-. 
Ante esto Misa no pudo ganarle a las lagrimas que ahora recorrían su rostro, en sus recuerdos nadie le había hecho un regalo y menos tan importante. - Gracias Christin, . . . de verdad, . . .-. No podía contener esos sentimientos que sentía, una alegría inmensa la embargaba, solo cerro los ojos y apretó fuertemente su nuevo bien mas preciado.
- Perdóname si lloro, pero es que nadie nunca me había regalado algo tan significativo, y simplemente me hace muy feliz,- recitando las palabras en voz baja lo suficiente para que pasaran el nudo de su garganta que seguía luchando por no llorar demasiado.- disculpa pero, ¿te molestaría que te abrace un momento . . .?- Misa le pregunto a Christin mirándola con unos ojos que si bien estaban llenos de lagrimas expresaban lo que se describiría como felicidad.
- Claro, somos amigas después de todo-. Comprendiendo que Misa ya no podía contener el llanto queriendo desahogarse, respondió rápidamente, de inmediato Misa se abalanzo al cuerpo de Christin, y esta dejo que liberara todas las cosas que la invadían en ese momento, pero lo que no vio Misa fue un rostro inexpresivo, alguien que la miraba con pesar y arrepentimiento, era Christin.
<<Lo lamento, pero lo he confirmado, tu eres la mejor elección que pude haber hecho, desde ahora tendrás una gran y terrible carga, espero que me perdones algún día, Misa.>> Pensaba Christin mientras sonaba la campana para volver a clases. . . continuara.

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