Maestro, Capítulo 4.2

Mientras Misa aun seguía hablando, el sujeto paso por su lado sin siquiera hacerle caso, tan tranquilamente como si la chica de cabello negro fuera un objeto mas, Misa pocas veces había sido tratada así, no hizo mas que quedarse inmóvil y con cada paso que el joven iba dando detrás de ella, su furia iba creciendo un poco mas.

- ¡Espera! -. Grito Misa al joven mientras daba un giro violentamente, tanto que su largo cabello se agito en el viento con la agresividad del giro.

Ante este grito el joven por fin reacciono deteniéndose por un momento, dio un leve suspiro, se giro levemente solo para que uno de sus ojos alcanzara a ver la fuente de ese sonido agudo y molesto, él miro de arriba a abajo la fuente de sonido, era una chica algo pequeña, temperamental y de cabello negro, no se podía que negar que era bonita, pero nada de su apariencia física le llamo la atención, lo que mas le llamo la atención al igual que Yumi y Matt fue el dije que colgaba de su cuello que estaba a la altura de su pecho y ademas el brazalete que la acompañaba.

<< El Asa B junto con el pomo B, no lo veía hace mucho, jum, ya se para que me llamo Shao-sama. >>. Pensó el joven mientras que miraba el rostro de aquella chica, se veía algo molesta, lo cual paso sin importancia para el joven, solo se giro de nuevo y siguió su camino adentrándose aun mas al palacio.

Esta acción altero aun mas a Misa, quien veía aun mas molesta como aquel joven seguía caminando, sin decirle nada después de mirarla tan despectivamente, su mal genio ya estaba muy alto cuando paso de largo, ahora que le había hecho caso creció aun mas, estaba intentando controlar su furia para no parecer mal educada con algún amigo de Shao, Yumi o los otros, se calmo un poco y procedió a pedirle una explicación. - Oye. -.

- Primero que todo quien te enseño a hablar con desconocidos, puede ser peligroso y mas en este mundo, me hablas como si me conocieras. -.
Dijo el joven en voz alta esperando que Misa lo oyera, - Si estas aquí debiste conocer a Shao-sama, y debió haberte dado cuidadosas indicaciones para llegar a tu destino, si no lo recuerdas simplemente debiste ser muy despistada. -. Misa volvía a temblar de la furia que se estaba apoderando de ella.
- Teniendo en cuenta tanto lo despistada y confiada que eres, la única conclusión a la que puedo llegar es que eres una idiota. -. Ya cerca de la curva del pasillo lo dijo sus palabras en un tono bastante fuerte, para que aquella chica lo escuchara muy claramente, y mientras tanto Misa levanto su rostro con una furia incontrolable. . . Continuara.