martes, 3 de septiembre de 2013

Mundo Astral, Capitulo 2.10


- Igualmente muchas gracias por traerla. -. Una mujer de pelo largo, muy largo llegaba mas allá de sus rodillas, iba entrando lentamente al jardín, su cabello era casi negro, tenia una tonalidad gris, dos mechones partían desde su cabeza hacia los lados de su rostro, y dos mechones a cada lado de su cuello bajaban cual cascadas, sus ojos estaban entre cerrados, quizás fueran así seria incomodo tenerlos en esa posición todo el tiempo, tenían una tonalidad oscura muy fuerte, pero reflejaban un blanco puro cuando la luz llegaba al iris, tenia un vestido blanco bastante suelto con un escote, ademas los puños del vestido eran bastante amplios en los cuales podía refugiar sus brazos y que descuidadamente asentaban sus pechos, el vestido también cubría sus piernas sin embargo con cada paso que daba se notaba que ella no llevaba ningún tipo de calzado en sus pies, su piel era blanca casi tanto como el vestido, era una mujer bastante bonita, ademas su sonrisa era bastante agradable aunque algo fría, Misa no tenía idea de por que la veía de esa manera.
- ¿Eh?, parecen muy sorprendidos, acaso fue por que no me encontraron aquí, lo siento fui a buscar a Zio-san, quería ver quien había llegado pero ahora la estoy viendo. -. Sin apartar su sonrisa del rostro dijo esto con esa voz melodiosa, casi parecía una santa mientras se movía con delicadeza, mientras tanto Matt se hizo al lado de la mujer. - Es un placer conocerte Misa-chan, y si yo soy aquella voz que te llamo desde el "Marco", mi nombre es Shao, guardián Gilgamesh. - Dijo la mujer haciendo una pequeña reverencia a Misa.
 << Que, ¿como pudo saber que estaba pensando en aquella voz? >>. Se pregunto Misa en su mente mientras con un rostro de desconcierto buscaba respuestas, << Acaso sabe leer las mentes. >> Esto algo disparatado pero es lo único que pudo suponer.
- Algo así, digamos que soy especial. -. Dijo Shao justo cuando Misa acababa de pensarlo, Misa quedo muy sorprendida por ese hecho.
- Entonces no tiene ningún sentido el quedarme callada. - Dijo en un tono un poco mas serio Misa, volteándose completamente para mirar a Shao.
- Exacto, aunque puedes pedir privacidad. -. Respondió Shao con una sonrisa en el rostro.
- Dígame, ¿como es que sabia mi nombre cuando ni siquiera me había visto? - Aun con un tono mas serio pregunto Misa con cautela.
- Me lo dijo Christin-san por supuesto. -. Dijo abriendo sus entrecerrados ojos, sin parar su sonrisa.
Luego de escuchar el nombre de la chica rubia Misa inmediatamente frunció el ceño, cerro los ojos y volvió un momento a sus recuerdos, donde recordó el dolor que le ocasiono la chica.
- Ya veo, ustedes eran las personas a las que ella se refería, ahora comprendo. -. Pronuncio Misa estas palabras mirando con algo de desprecio a las personas recién conocidas, - Creí que me ayudarían y me darían respuestas sinceras en este lugar pero creo que me equivoque, yo me iré a casa como pueda, muchas gracias. -. Dando algunos pasos de nuevo al pasillo de donde venia, metió las manos en los bolsillos y cerro los ojos aun con esa expresión molesta.
- Espera Misa-chan por que crees que no puedo ayudarte o darte una respuesta. -. Dijo Shao interrumpiendo la marcha de Misa hacia el pasillo, quien no hacia caso. -¿ Acaso tienes miedo de lo que pueda pasar? -. Misa reacciono en seco mirando a Shao de nuevo con esa mirada de desprecio. - Si quieres solo puedes pensarlo para mantenerlo en secreto soy muy buena en eso. -. Con una sonrisa en el rostro como antes Shao pensó que estas palabras eran las correctas, llegando a la reacción que quería, una respuesta de Misa, pero tal vez con un tono mas fuerte del que esperaba.
- ¡Jum!, por que habría de tener miedo o creerte, ni siquiera los conozco, solo se que aparecí aquí y no se donde estoy y . . . -.
- Ah, así que es eso. -. Dijo Shao mientras Misa paro en seco su reclamación. - Pero déjame decirte que Christin-san nunca ten mintió. -. Con una sonrisa y con voz tranquila Shao lanzo esta afirmación monumental, que dejo a Misa abatida por la sorpresa ni siquiera estaba pensando en eso, como es posible que esta mujer lo supiera.
- De hecho esta en este momento aquí contigo. -. Misa iba perdiendo los estribos, creía que la mujer solo jugaba con su mente, la estaba considerando una tonta, pero aguantando su rabia, pregunto de nuevo.
- ¡ Y se puede saber, ¿en donde demonios esta?! -. Dijo Misa trancándose su ira.
- Claro que si. -. Misa abrió los ojos de par en par, acaso vería a Christin de nuevo, volteo a mirar levemente hacia los lados, pero inmediatamente presto atención cuando Shao separo las manos quedando expuestas al aire, extendió su brazo, Misa pensó que señalaría el lugar donde estaba Christin así que no aparto la vista de la mano de Shao, esperando a dirigir su mirada a la dirección que apuntara, el tiempo nunca había avanzado tan lento en su vida.
- Ahí esta. -. Con una sonrisa en su rostro Shao señalo el dije extraño que Christin le había dado a Misa y que estaba colgado en su pecho, pareciera una broma y la gota que reboso el vaso, tanta fue la furia de Misa que en esta ocasión no pudo contener el grito. . . Continuara.

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