domingo, 15 de septiembre de 2013

Reglas del Juego, Capítulo 3.7


El ambiente ya era bastante tenso, un manto de oscuridad cubría todo lo que el joven podía ver a excepción de las comas de los arboles, las siluetas se acercaban cada vez mas y mas, e iban revelando una forma mas definida, aquellos destellos blancos que se veían en la oscuridad salían de los ojos de cada una de las criaturas, formas diversas estaban presentes, desde seres deformes hasta animalizados, muchos con formas humanas pero parecían monstruos como en un cuento de terror, inclusive algunos se concebirían solo en las pesadillas, ante todo esto el joven de negro seguía sin moverse.

- Mira chico no queremos hacerte daño, no nos servirás así. -. Dijo la silueta mas grande y corpulenta de todas, con una voz grave y crujiente, casi como si tuviera muchos dientes en su boca, pero no se quedo ahí. - Sigue tu camino chico, si no lo haces tendremos que obligarte. -. Dijo el ser como ultimátum.

 - Pues creo que tendrán que hacerlo, por mi parte no pienso moverme de aquí ni un centímetro mientras ustedes sigan estando a mi lado. -. Dijo tranquilamente el chico aun con sus manos en los bolsillos.

Se oían las voces de las criaturas conversar entre ellas, discutiendo de alguna manera, estaban tan cerca que ya se podía contar un numero de presencias, eran como 30 o 40 seres que rodeaban al muchacho vestido de negro, se sentía la hostilidad en la atmósfera, estos seres estaban perdiendo la paciencia con este chico quien intentaba parecer genial aunque no tuviera ninguna oportunidad, la noche estaba cerca y si es que era algo fuerte este crió no duraría ni dos minutos peleando en la noche con ellos.

- De acuerdo, chico entonces así va a ser. -. Dijo una figura regordeta con bigotes.
- No nos dejas otra opción. -. Otro se pronuncio complementando, su cabeza parecía mas un hacha, era completamente deforme y sus brazos se habían vuelto tentáculos.

- No te preocupes crío no te mataremos solo te dejaremos inconsciente. -. Salio de las sombras aquella forma corpulenta, su cabeza era la de una bestia, algo así como un lobo, pero era antropomórfico, una vez se ergio en sus dos piernas doblaba la altura del joven. - Una vez llegue la noche no podrás con ninguno de nosotros, cuando estés medio muerto suplicaras por tu existencia y nos dirás donde esta el palacio. -.

El joven estaba completamente rodeado, ya no tenia escapatoria, por fin saco las manos de sus bolsillos pero no cambio su expresión y con una mirada fija a los ojos del ser corpulento, se puso en posición de pelea dirigiendo una mano enfrente suyo semi abierta, otra sobre su cabeza semi abierta, las piernas algo flexionadas y de costado ante el ser corpulento.
- No soy tan idiota como para enfrentarlos en la noche, acabare con esto en 5 minutos, suerte con su siguiente existencia. -. Se expreso con una total seguridad el joven mientras retaba a todos a que atacaran.
- Jum, ¡DEJA DE HACERTE EL CHULO! -. Como si fuera una horda salvaje todos los seres atacaron al mismo tiempo, el sol seguía bajando en el horizonte mientras los sonidos de batalla invadían el bosque, advirtiendo a cualquier ser que no se acercara a ese lugar. . . Continuara.

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