jueves, 3 de octubre de 2013

Maestro, Capítulo 4.10


<< Pero que es esto, esta niña es bastante tierna, como es posible que Yumi-chan tenga hermanos, ademas un hermano como él, ademas alegrase por la llegada de ese ente antipático es completamente ilógico. >>. Todo esto pasaba por la mente de Misa mientras intentaba articular una palabra que cualquiera pudiera entender.

- Por favor Misa-san solo quiero verlo un segundo, hace mucho tiempo que no lo veo, por favor dime donde esta. -. La presión de ese ser de luz era algo a lo que no se podía resistir Misa, negarse a sus peticiones seria considerado un pecado mortal en todo el universo.
- Eh, pues veras es que no se d. . . -.
- Ya veo Misa-san, muchas gracias, iré a buscarlo. -. Diciendo esto Yumi prácticamente voló por el pasillo olvidando los libros y todo lo que tenia que hacer, despidiéndose con su brazo en alto. Misa solo observo todos los libros en el suelo y observo donde quedaba la biblioteca en el mapa, observo de nuevo el pasillo y sonrió. << Por que le tendrá tanto afecto a ese tonto. >>. Pensando en eso procedió a recoger los libros, después de todo, acepto ayudarle a esa niña tan tierna

En otro lugar del palacio, en una de las habitaciones se encontraba Kio, estaba entrando en ella, era una habitación con dos puertas, una que llevaba a la salida y otra para el baño, era algo simple aunque con un gran espacio, una cama, un escritorio, un closet donde se guardaba la ropa, unas pocas lamparas, algunos cojines en el suelo y un pequeño estante de libros, algo muy simple. 
Kio entro y se quito su gabán colgándolo en el perchero junto con el cinturón, se sentó en la cama y procedió a quitarse sus zapatos, subió su pantalón el cual evidencio sus extraños zapatos, eran casi como botas, llegaban casi hasta la rodilla pero tenían una placa metálica en las pantorrillas, iban fuertemente ajustadas, suficiente para que no se cayeran fácilmente y resistieran bastante, demoro unos 5 minutos en terminarse de quitar el par de botas, luego de ello se quito algunas cintas de cuero de los brazos y las piernas, luego de esto dio un gran bostezo y se tiro en la cama poniéndose cómodo.


Kio quedo mirando a su techo oscuro el cual pinto con puntos blancos, era demasiado parecido al cielo nocturno del "mundo vivo", mientras lo miraba fijamente sus ojos comenzaron a cerrarse, tal vez en realidad estuviera cansado, luchaba por mantenerlos abiertos pero sus ojos vencieron al final. . . Continuara.

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